El viernes 29 de noviembre se celebró, de manera muy especial y con profundo sentido, la Eucaristía de 8º Básicos. Con mucha alegría nos reunimos junto a nuestra Madre María, para acompañar a nuestros hijos y estudiantes quienes están dando un paso importante en su vida, al terminar la enseñanza básica y comenzar su etapa adolescente. Es un hito significativo tanto para nuestros hijos/estudiantes como también para nosotros como padres y profesores.
Vivimos por dentro muchos sentimientos: Contentos por los logros, inquietos por los cambios y ansiosos por lo que está por venir. Pero por sobre todo estamos esperanzados, porque tenemos fe en Dios quien nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida. Es por eso que celebramos esta eucaristía agradeciendo a Dios y pidiéndole que siga guiando e iluminando nuestro caminar como hijos y padres, como estudiantes y profesores.
Las lecturas que escuchamos fueron una invitación amorosa de Dios. En la primera lectura Dios invita a los que son hijos para que escuchen los consejos de sus padres. Mientras en el evangelio, Dios hace ver y recordar, a los padres, que los hijos han de buscar y elegir su propio camino. Si bien ellos se alejan de los padres siempre necesitan de su compañía. Por eso el salmista nos anima a no caminar solos, sino siempre de la mano con el Señor y confiar en su providencia.
