Creemos en Jesucristo AMIGO, MAESTRO, revelador del rostro materno-paterno de un Dios apasionado por la humanidad, que nos habita, está presente en lo cotidiano, y en todas las cosas.
Jesús HUMANO, VIVO, REAL, Dios ENCARNADO que asume lo pequeño y deja que sus entrañas se conmuevan ante el sufrimiento.
PROFETA que muestra la misericordia de Dios, haciendo nacer la alegría y esperanza de los hijos e hijas de Dios como Buena Noticia.
Toma partido por los empobrecidos, excluidos de los beneficios de la humanidad, en todos los tiempos y lugares y, con un corazón no violento, afronta el conflicto que conlleva la denuncia de estructuras injustas.
Con la fuerza de su Vida y su Palabra propone el REINO y las BIENAVENTURANZAS como camino.
Su opción por los crucificados de la historia lo llevó a la muerte y con absoluta confianza en Dios entregó libremente su vida.
Muerto y resucitado asume nuestra condición y la transforma.
Jesús, el Hijo amado y enviado, nos envía en su nombre.
TERESA DE JESÚS y ENRIQUE DE OSSÓ son testigos y maestros en el TRATO DE AMISTAD con Jesús. Teresa vivió una relación afectiva y creyente con la Humanidad de Cristo hasta unirse en alianza con un amor que abraza a todas las criaturas. El testimonio de Enrique de Ossó nos invita asumir un proceso de identificación con Cristo hasta “pensar, sentir, amar y actuar como Él”, como un RITMO vital por el que le CONOCEMOS Y AMAMOS PARA HACERLE CONOCER Y AMAR POR TODOS.
(PET, p.55-56)